
Esta foto la he rescatado de uno de los miles de albumes que tengo en la estantería, hacía tiempo que no los veía (pero ahora las noches son demasiado largas..) y es de uno de los pocos cumpleaños que celebré.El monigote ese que hay subido encima de una silla soy yo, y el resto como podeís imaginar, los amigos que yo tenía en aquel barrio. Algunos ya tienen niños, carreras...y otros no han tenido tanta suerte, como Iván.Era mi vecino, mi peor pesadilla y mi novio de los cinco años xDD. Jugábamos en su casa a los play móvil,ooh como me encantaban,pero a mí siempre me daba los putos indios de plástico esos marrones, me cabreaba, destrozaba el fuerte, estampaba los caballos y mataba a los play mobil, y siempre acabábamos...él mordiéndome el brazo como un pit bull y yo estirándole del pelo. Todas las tardes eran así. Luego nos íbamos a ver Barrio Sésamo y ni tan amigos. Otras veces jugábamos con el castillo de He-man, yo le ayudaba a montarlo (tárdabamos horas...SI, ERAMOS ATASKAOS), pero como no teníamos al muñeco He-man, metíamos a los playmobil en él, los colocábamos estratégicamente en las ventanas y en las torres para atacar y cuando ya estaba todo listo, me decía: "Tú los indios". Y yo: "no" él:"si" Yo:"no" el:"pues no juegas" yo:"pues lo destrozo todo" A la mierda el castillo, a la mierda los playmobil, rabieta, bocaos y estirones. Total, que sólo podíamos jugar al scalestrix ese que tenía una gasolinera y un aparcamiento, y los coches los llevabas tu con la mano, nada de pilas xD Y lo unico que podias hacer era echar gasolina y aparcar el coche, nunca terminé de entender ese juego ¬¬.
Tampoco entendí por qué nos hicimos novios,porque nos llevabámos a matar, creo que fue cosa de su madre, de mi abuela y de todo el barrio, que en aquellos tiempos vivir allí era como estar en una gran familia, yo creo que tenía tres o cuatro abuelos, cinco madres, ningun padre y quinientos primos . A mis cinco años ya con novio y con esos follones...así he salido yo. Pero era tan vivo y lo kería tanto...Y era tan cabrón! A mi me encantaba irme al escampao del final de mi calle y coger mariquitas de entre los matorrales para meterlas en un bote y luego liberarlas todas a la vez...molaba más... y él me lo quitaba cuando lo habia llenado y lo metia bajo el grifo!!! K MALO ERAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA, pero me gustaba tanto cómo se reía...

Bueno, pues el niño de la derecha es Iván, la del medio soy yo, y la de al lado mi mejor amiga de la infancia, Maite.
Faltan muchas caras por poner, muchos amigos a los que quise y de los que podría hablar largas horas, amigos de los que por una putada de la vida, nunca me pude despedir. A alguno de ellos los he vuelto a ver 18 años después y aunque sea solo un poco, me he kitado esa pena k tenía, pero poco, porque tras 18 años no reconocía en su cara a aquel amigo de pekeño. A Iván lo vi una de las pocas veces que volvi a aquel barrio ya con 22 años, a recoger algunas cosas que habia dejado en casa de mi abuela. Antes que a él encontré a su madre, me abrazó como una loca, me besó, me achuchó, hablamos un rato de cómo había sido mi vida...le pregunté por él, primero me mintió y me dijo que no estaba en casa, luego se puso a llorar y fue a llamarlo. Yo esperé, esperé, esperé...toda emocionada de volver a verlo, con ganas de abrazarlo y preguntarle mil cosas, si trabajaba, estudiaba, si tenia novia, como habría sido su primer beso, que musica le gustaba, que se yo, mil cosas.
Y cuando por fin bajó, él sabía quien era yo, y yo no sabía quien era él, no le reconocía en aquella cara llena de pupas por la heroína, ni en aquellos brazos echos polvo, ni en sus pantalones rotos. Y mientras él me abrazaba y me hablaba de lo que me había echado de menos, de nuestra niñez, y me decía de quedar algún día y irnos a su campo como de pekeños, yo me rompía por la mitad y me preguntaba POR QUÉ.
Y todavía hoy cuando le recuerdo, y son muchas veces las que lo hago pues mi infancia es algo que no quisiera olvidar jamás, sigo rompiéndome la cabeza imaginando cómo hubiera sido su vida si no me hubieran sacado de allí de esa manera tan repentina, si yo hubiera estado a su lado, si le hubiera llamado alguna vez. Y me justifico pensando que yo solo tenía 9 años cuando me fui ,que no tenia teléfono y que mi ciudad era un universo para mí. Luego me siento como la mierda, maldigo a la vida y me voy a dormir hasta que amanece y lo he olvidado todo hasta la siguiente vez.
Y bueno, después de este post, que creo que es el más largo que he escrito en todo este blog, solo me queda dar las GRACIAS a un amigo que hace bien poco me ha hecho recapacitar algunas cosas y que, justo en el momento en que empezaba a perderme, allí estaba él, sin tener por qué.